jueves, 18 de febrero de 2016

BUEN EJEMPLO

Por Leodan Andrés Otaya Burbano

Don Antonio y doña Olga habían trabajado durante muchos años de su vida como docentes, de lunes a viernes, preparando las clases día a día, sus mejores años los dedicaron a los niños enseñándoles las primeras letras y los primeros números. Gracias a ellos muchos aprendieron lo básico de los grados escolares iniciales, para continuar luego con los estudios secundarios.

Y así luego de tanto trajinar por su mundo educativo finalmente a los dos les llegó la tan anhelada pensión. Lo primero que hicieron fe irse a vivir a otro lugar comprando una casa hermosa y amplia en una ciudad apacible y acogedora. Disfrutando plenamente de su descanso merecido rodeados de sus hijos y sus nietos cada vez que ellos los visitaban.

Empezaron a disfrutar la vida como debía ser. Don Antonio y doña Olga se volvieron unos viajeros constantes, primero conociendo su país y luego saliendo al exterior. Por ello eran habituales sus publicaciones fotográficas en Facebook de los lugares que visitaban, generalmente rodeados de palmeras, mar, sol y playa. Siempre se los veía alegres y llenos de vitalidad. No les pasaban los años porque habían llegado a una etapa de la vida donde todo era gozo y felicidad.


La gente que los conocía comentaba que eso si era vida, que se debía seguir su ejemplo, que como ellos, luego de esforzarse la mayor parte de la vida en su trabajo respectivo, finalmente tocaba vivir la vida a plenitud gozando a mas no poder los últimos años de la existencia, dándose los gustos que se quisiera y esperando la muerte con una sonrisa en los labios. Porque lo bailado nadie lo quitaba, y se pasaba a la eternidad en completa felicidad.

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