jueves, 18 de febrero de 2016

VIDA

Por Andrés Felipe Gómez Varela

Vida es una chica, un tanto subjetiva, marginada, a veces valorada y otras despreciada, espontánea y sorprendente, trágica y desilusionante; todos la conocen, algunos hace mucho otros hace poco, como todos alguna vez hemos tenido quien nos valore, nos ame, y también quien no lo haga; igualmente ella, tan humana como nadie, tan incomprendida como ella. Su existencia comenzó el día en que terminó, su hogar y su familia siempre ha sido el que nosotros le hemos dado, nada más nada menos, sin exigencia ni caprichos, nos acepta, nos conoce, y nos acompaña, una vez, únicamente; nosotros con el tiempo en presencia de su compañía comprendemos que puede dejarnos en cualquier momento, y muchas veces no valoramos aquello.

Ella es hermosa, frágil y envolvente, recurrente a los momentos especiales, esperando siempre que la conozcan por completo. Vida que todo lo conoce, siente y recuerda, de una forma tan increíble que nos daría una inmensa alegría, un extenso sentir, saber cómo es ella realmente, pero es algo imposible, pues solo tenemos una oportunidad para conocerla, y que en muchos casos solo cuando esa oportunidad se acaba, descubrimos la verdadera razón de su existir.

Con todo su conocimiento, experiencia, su principal deseo siempre fue, es y será, enseñarnos el porqué nos permite relacionarnos con ella de tal manera que somos y terminamos siendo unos con ella, sintiéndonos tan dependiente algunas veces y tan individuales en otros momentos, llenándonos de cosas nuevas, sentimientos nuevos, por ella y por nosotros mismos, percibiendo que ella está ahí y al instante puede no estarlo, tan fugaz como un momento y perdurable como un recuerdo; dándonos la inseguridad de un momento seguro en nuestro seguir, nuestro camino, nuestro destino, posibilitando tantas situaciones para apreciarla, para comprenderla, para conocerla, que si al final no entendemos que hemos hecho con su realidad, su comparecencia, realmente y definitivamente, no hemos sabido ni aprendido a vivir la vida.

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