¿Sabía de ella? En ocasiones ¿La veía? Jamás…Ahí se
encontraba él sentado, a la expectativa de qué pasaría instantes más adelante,
¿cómo estaría?, ¿igual de hermosa que siempre? De eso no le cabía la menor
duda, pero ¿Qué pensaría ella de él? Un sinfín de divagaciones invadían su
mente, lo hacían visualizar de mil maneras el encuentro. El reloj avanzaba sin
prisa alguna. El momento llegó, la obra dio inicio y ahí estaba ella tan
hermosa, tan deslumbrante sobre el escenario, su interpretación impecable, su
voz melodiosa le hicieron experimentar un estado de catarsis. Hizo que todo se
le estremeciera; de repente y sin previo aviso comenzó a volar, sus hermosas
alas soplaban con firmeza sobre todo el teatro; su canto fue cada vez más
angelical. Sintió como su silla se desprendía del piso y perdió la orientación.
Ahora, una dimensión alterna los cubría a ambos; sólo allí, sólo los dos. La
nostalgia del pasado lo invadió seguida por un deseo incontenible de tenerle
más cerca. Caminó en su dirección, no podía alcanzarla pues aún surcaba en el
cielo con aquella gracia sutil que solo las criaturas mitológicas logran poseer.
Pero así era ella, algo sobrenatural.
Luego, comenzó a descender lentamente. Ansioso, estiró
sus brazos deseoso de recibirla, sintió las plumas de sus alas deslizarse entre
sus dedos, tan suaves, tan delicadas, tan brillantes. De repente y sin previo aviso
comenzó a sentir un calor en su pecho que se apoderaba con gran furia de su
cuerpo, sintió su espalda consumirse en llamas, un dolor indescriptible le
invadía y casi no le permitía respirar. Ella surcó nuevamente los aires y él
corrió en un desesperado intento por alcanzarla, intentó gritar pero su voz era
inaudible, el dolor era cada vez más intenso; el aire le faltaba, intentó
gritar una vez más y sintió como se desprendían un par de alas pesadas y por si
solas se blandían ágilmente y lo llevaban nuevamente hasta su lado.
El silencio que envolvía el teatro rompió de
improviso en un descomunal aplauso; la alarma sonaba, era hora de levantarse y
asistir a su encuentro, un intenso dolor en la espalda le dificultaba respirar.
Tomó impulso y se puso de pie; se dio vuelta y encontró sobre su cama una delicada
y suave pluma blanca que desprendía un brillo especial, un brillo como aquel
que solo las criaturas mitológicas logran poseer.
Genial <3
ResponderEliminarQue lindo. 💙
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar+10
ResponderEliminarMuy buen trabajo. :3
simplemente genial :)
ResponderEliminarUna pizca de magia para hoy! Bello. <3
ResponderEliminarUna pizca de magia para hoy! Bello. <3
ResponderEliminar¡Excelente trabajo!
ResponderEliminar:D (Y)
Muy bien, hermano ¡Felicitaciones!
ResponderEliminar<3 Muy buen trabajo.
ResponderEliminar