Por Daniel Camilo Oliveros Florez
Sentado en un viejo mueble en mi sala,
contemplando la nada. Desperté en un cuarto oscuro y tenebroso sin recuerdos de
haber caído dormido, este cuarto siempre me atormento aunque estuve mil
veces en él, pero hoy tiene algo diferente un muñeco, un pequeño muñeco lleno
de polvo, sucio a mas no poder , y en su rostro una expresión de tristeza , al
principio temí acercarme, pero día tras día regresaba y lo contemplaba.
Decidí confrontarlo, lleno más de curiosidad que de valentía, me aproxime a él,
lo bañe lo limpie y le hable; Hablábamos cada vez que regresaba a aquel
lugar hostil, note que cada vez que lo hacíamos su semblante cambiaba y
al mismo tiempo lo hacia el mío. Ya ignoraba las sensaciones del cuarto, solo
anhelaba verlo de nuevo , hasta que un día mientras estaba sonriendo
acostado en mis aposentos , buscaba la nada que me llevara a ese cuarto ,
pero al lograrlo encontré que ahora era un cuarto blanco y tranquilo sin
rastros del muñeco, en ese instante me sentí completo.
Interesante...
ResponderEliminarGreat history!
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