Malena
había heredado el canela de su madre, los ojos verdes de su abuela, el caminar
menia’o de su tío marica y las ganas de follar de su padre.
Desde
pequeña el tango la envolvía; ya a la edad de quince años cubría sus definidas
formas con vestidos vino tinto y usaba tacones puntiagudos que su amiga la puta
le prestaba con sigilo ¡Ay, de ella si se enteraban de que andaba con la hija
de la divorciada!
Escapaba
de noche a la hora donde los lobos
ahuyentan a las inocentes caperuzas y se metía en cualquier bar tanguero lleno
de chabones con fama de rufianes; al saber su nombre alguien le cantaba siempre
“Malena tiene pena de bandoneón…”, ella con un gesto coqueto bailaba ágilmente
las notas de las milongas y después de varios tragos besaba al mejor postor.
Pero
la noche en que la atrevida morena se equivocó fue distinta; como premonición,
traía unas crudas zapatillas altas, al vestido impecable le había caído un poco
de tinta negra y no hubo nadie que le cantara Malena, bailó poco y con tufo hasta
en los labios quiso brindar cariño al novio de su amiga, la misma que con furia
loca y sin control la apuñaló, arrastró su cuerpo palpitante pero inerte y lo
abandonó en un callejón.
La
gente del pueblo, la virtuosa, rumoraba que Malena era tan casta y pura como el
agua, que si salió de noche fue porque alguien la obligó, que era estudiosa,
hermosa y virgen y que de tango poco supo.
¡Qué
difamación! Lamentaba mientras de a pocos su alma se escapaba.
me encanta!, crudo y vivaz..
ResponderEliminarGenial!!!!
ResponderEliminarMuy bueno, me gusta la doble personalidad que manejaba Malena, combinación perfecta para disfrutar de la vida.
ResponderEliminarExcelente, muy del tango, muy de la vida, muy de nuestro pueblo...
ResponderEliminarMe Gusta Mucho
ResponderEliminarme encanto la historia
ResponderEliminar¿Qué decir? Menudas palabras directas. Encanta esa forma de narrar sin tapujos y detallando en donde se requiera. Deja a la imaginación y te inserta en cada palabra. ¡Felicidades!.
ResponderEliminarQue buena historia, corta pero contundente.
ResponderEliminarjajaja que final "¡Qué difamación! Lamentaba mientras de a pocos su alma se escapaba." Interesante. Inesperado en cada palabra y para ser corto muy completo.
ResponderEliminarel principio encarretador, muy bueno!, es la manera adecuada de involucrar a un lector, muy bueno.
ResponderEliminarMuy bueno!!
ResponderEliminarSe queda uno antojado pensando en esas noches de alegría, recrea un poco las noches de tango que cuentan los viejos que crecieron en la ciudad, Medellín y su color de tango. Buen texto
ResponderEliminarIMPACTANTE! Wow, lo adoro.
ResponderEliminarinteresante y original
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarDE GRAN IMPACTO ,CRUDO Y NATURAL NO SIENDO MI ESTILO DE LITERATURA QUE PREFERIRIA LO ENCONTRE CAUTIVANTE,FLUIDO Y CON CARACTER
ResponderEliminarMe gusta, buen contenido, fácil de digerir
ResponderEliminarMuy bueno!
ResponderEliminarGenial.
ResponderEliminarFelicidades Carolina.
Estupendo escrito.
Genial.
ResponderEliminarFelicidades Carolina.
Estupendo escrito.
me encantó <33
ResponderEliminarAsí era Malena, entre noches y tangos, atrevida.
ResponderEliminarBuena historia Carolina.
Hay muy bonitas imágenes en tu cuento. Triste final para Malena.
ResponderEliminarMe gusta mucho la manera en la que el cuento sesale de la normatividad en la que siempre estamos acostumbrados a ver un cuento! Tiene un lenguaje muy autoctono y local y eso me parece demasiado interesante, aparte de que la fluidez de la historia incentiva a seguir leyendo una version mucho mas larga y detallada del mismo!!!! Brutal mi caro!
ResponderEliminar