Al entrar la rata, pelada de ácido de
alcantarilla, la asamblea en pleno se puso en pie. Pobre rata, atestiguar
semejante juego. Fue aquel un intercambio de esos que, por vacíos, parecieron
no existir. El veneno fue efectivo y la alerta de trampa si que se dio al
público! Entonces otra rata vino a ver el espectáculo, detenida solo por el
nauseabundo olor de las letrinas.
¡Muy bueno!
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