martes, 8 de marzo de 2016

UN TRANSEÚNTE HABITANTE DE CALLE

Por Luz Elena Gómez Monsalve

Como querías que no sintiera miedo?, cómo entender el porqué de tus desvelos, si allí muy cerca al muro, sentía que me veías acariciar el mundo, sentir  un  sudor frio que iba carcomiendo  la esencia de mis huesos, con un mirar profundo y sin sentir recelo?

Quise palpar la nada, ahondar en los latidos, rememorar las tardes, esas tardes efímeras donde entendía todo o no entendía nada; porqué el amor desangra, porqué la fina risa  expresa con su mueca una alabanza al cielo y en medio de la nada se deja adormecer?

Quise estallar en llanto, quise tomar el vuelo, sentir que aun podía enaltecer mi ego, quise además muy dentro saber que no era un viejo sumido en los recuerdos de tus vagos anhelos, por perseguir  los sueños  que un día me persiguieron y que acabaron lentos sumidos en el suelo.


Pero… sentí  de  pronto que mi cielo no es tu cielo, que el mío es un recuerdo, que el tuyo es solo un cielo lejos del sentimiento, que me envuelve en el asfalto más cerca del infierno, que de mi propio cielo.

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