viernes, 11 de marzo de 2016

CLIENTES

Por Jhoyner Jesus Salcedo Gomez

Estoy cansada. Es el momento en el que todos vienen a verlos, los perdidos, los familiares lejanos, los vecinos nunca vistos e incluso los de otros barrios. En todo caso, da igual. Es necesario estar al lado de mis clientes, arreglarles todo, porque al parecer ellos parecen inútiles. Ropa y movimiento del cuerpo, todo hay que arreglarlo. Me hacen caminar mucho, me toca atender a los suyos. Tengo que permanecer todo el día con traje de gala: falda, corbatín y esas cosas de ‘caché’. Ellos tienen la facilidad de reunir gente de todas partes y lo más incómodo es que tengo que permanecer quieta, sin decir nada, simplemente atenta a mi cliente. Después de todo, es mi deber hacerlo sentir cómodo. Mi deber es estar allí en su último recorrido por el mundo y tratar que su lugar de ensueño, ese que nunca quiso, esté totalmente preparado, listo, arreglado, perfecto. Sí, definitivamente estoy cansada de que mis clientes sean los muertos.

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