lunes, 14 de marzo de 2016

FIESTA DE ASTROS

Por Juan Diego Rincon Rojas

—Te seré sincero, si sigues con esa actitud no conseguirás estar menos solo— dijo el simpático planeta con un tono ligeramente burlón pero amigable.

— ¿Cuál actitud? Te digo que sigo sin entender por qué todos desaparecen luego de hablar un instante conmigo. No pensé que contarte eso te molestaría ­—respondió el solitario agujero negro algo extrañado y triste.

—No me refiero a eso. Yo no estoy molesto, de hecho estoy dispuesto a escucharte, mi atrevido y simpático amigo —contestó el planeta de manera calmada y con un sonrisa de cráter a cráter.

— ¡¿Atrevido?! —Dijo el agujero negro mirando sorprendido. — Lo lamento, no me había percatado que mi actitud era algo impertinente y atrevida. Tu solo querías escuchar y yo estaba dando por hecho que ibas a ignorarme cómo todos los demás cuerpos celestes a los que saludo. –explicó el agujero negro muy arrepentido.

— Lo digo porque desde que noté tu presencia no has parado de acercarte a mí. —respondió el planeta.

— ¿De qué hablas? Yo estoy quieto. No recuerdo siquiera haberme desplazado alguna vez de este punto. De hecho, yo intento ser amigable porque veo que se aproximan. —refutó el agujero negro.

— Pues si yo no me muevo y tú tampoco lo haces, no entiendo por qué estamos a punto de chocar. — Dijo el planeta mientras era tragado por la oscuridad del agujero.
Y luego de un largo silencio, el triste agujero negro escuchó una voz que se proyectaba de un lugar desconocido.


—Oye, mi sombrío amigo, acabo de encontrar a los astros de los que me contabas, están festejando; dicen que te están esperando. Si no fuera por ti, seguirían vagando solitarios por el universo, cómo lo hacía yo. Siempre estuvieron contigo —dijo el planeta desde el interior del contento agujero negro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario