viernes, 11 de marzo de 2016

EL ELEFANTE ELEGANTE.

Por Hernán Soberón

En este esquimal enero,
esporádicos espacios encontraban
escenarios especiales. Era emocionante
esperar entretenidas exposiciones.

Entre establecimientos, exhibiciones;
entre esperas eternas, empujones;
entre escudriñar, esculcar;
encontré el elegido.

Entré esperanzado en encontrar espacio
entretanto el espectáculo empezaba enseguida
en escena empotrado estaba el elefante
estético, espléndido, enorme.

Era él, el elefante elegante,
extinto eslabón extraviado
el evento evolutivo esperado
este espécimen exclamaba en español.

Elevado estaba encima en el escenario,
en extrema elocuencia, explicaba experto
exponía el ensayo empleando eufemismos,
era expresivo, enigmático, extraordinario.

En exagerada extravagancia encuentra el epilogo,
extasiado, exaltado, ensimismado; estuvo estupendo.
Estábamos emocionados, en euforia enloquecida,
enviábamos escandalosos elogios.

En el exterior encontré el elefante elegante,
enjaulado, esposado en el establo,
entre excrementos, entre estiércol.
exigido en extremo, era esclavizado,

Estaba enojado, embaucado, encolerizado,
encontrar encantador elefante en este estado.
Eureka! enseguida entendí el enigma.
era enajenar este ejemplar, el éxodo.

Encerrado esperaba, escondido en
el encapotado, elaborando el escape;
entusiasmado en esta efímera esperanza,
espiando enfocado, en el entretenido escolta.

Entonces este escolta empieza engullir
el enfrascado etílico, elixir embriagador;
enseguida enturbiado, echado, ebrio.
El estupor estaba en efecto. Empieza el escape…

Ejecución eficaz, excepto estas esposas escandalosas.
El escolta escuchó el enredo, estábamos enfrentándonos.
Esquivamos embates, eludimos estrujones;
en embestida, estrechamente escapamos.

Era el éxtasis en exceso, el escape emérito
emigramos emparejados, emancipamos;
eléctrica escena, enardecía el espíritu;

en el este, escocía emergía en esplendor.

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