viernes, 11 de marzo de 2016

BENDITA PERVERSIÓN

Por Wilson Andrés Bernal Cerón

-¿Maltrato a las mujeres?-. Jhonny  acababa de ver dos muchachitas, un tanto engalanadas y melindrosas, mientras subía al tren que apenas arribase. Cándidas y  juveniles, una de ellas de piel  suave  y ropa holgada, dejaba adivinar dos senos pequeños y ligeras líneas que empezaban a definir la belleza femenina de aquel cuerpo esbelto. ¡Forzada coincidencia! él pronto estuvo cerca, tanto, que el aroma dulzón de estas mujeres se imprimió en su mente. Jhonny agudizó su escucha y pudo aislar dos voces agudas; reconoció cierta fuerza en sus palabras.  Las chicas, con un tanto de drama y asco, comentaban las vicisitudes de que eran parte en la hora critica  en que todos los cuerpos se apiñan en el vagón, cuando uno pierde su independencia para componer la masa humana más diversa.  Citaban a viejos perversos y hombres lobo, haraposos  y hambrientos, que aprovechasen tal tumulto para apretar en sus espaldas o traseros, sus miembros agazapados… algunas veces despiertos. El aliento agrio de seres despojados, sudor o saliva, nada se comparaba con éste acto vil, que premeditado o no, vulneraba lo más íntimo de aquellas inocentes niñas que, calladas, sólo esperaban que se abriese un pequeño espacio para rehuir de aquel insoportable rose. Era fácil olvidar que dramas semejantes son vividos todos los días en el trasporte masivo.- ¿Causo tal repulsión?- Jhonny se repetía estremecido.

Él, quien en un momento pasado permaneciera al borde de la crisis por la estrechez impuesta y frenética en la que el aire se vicia y es escaso, había terminado resignándose a ésta  e incluso, disfrutaba de ella eventualmente. Si una mujer bella y joven llegaba a su lado, Jhonny asumía un papel protector. Aquel muchacho que no pasase inadvertido a las mujeres, procuraba crear para ella un refugio firme que no estuviese a merced de la masa de pelos, dientes, manos, rodillas y penes, que perteneciesen momentos atrás, a estudiantes o trabajadores íntegros. A cambio, reclamaba para sus sentidos, la belleza esencial de esa hembra, junto con los roces que fuesen, en extremo, necesarios.


Se abren las puertas, se sumas más y más seres, quién sabe en qué espacios insospechados. La masa se compacta. Una señora baja y muy gorda, queda  atrapada y sin opción de sostenerse, reposa sus abultados senos en el abdomen de Jhonny. El tren se pone en marcha, dejándolos a merced de la implacable marea. Él observa aquel pelo desgreñado y esa frente roja y  sudorosa, que rozan su cuello. Procura darle paso a la señora obesa. Se descubre a sí mismo con una erección en extremo inesperada y su terror aumenta al notar a la jovencita de ropa holgada al frente suyo. Siente el  juicio inquisidor y la mirada desaprobatoria de las jóvenes victimas que asignasen  hechos tan repugnantes a todos los hombres. Intenta alejarse; no hay donde. Aquel en sus pantalones no colabora y parece erguirse vencedor. Escucha unas risas pícaras… cree que alucina.  Siente como una mano pequeña llega allí, donde la gloria amenaza matarle, a ejercer una bien mal intencionada presión, éste pierde toda su vigorosidad. Jhonny descubre la puerta abierta. 

10 comentarios:

  1. Me parece realista y encantador
    Un hecho diario por el cual aveces juzgamos a los hombres sin ente der si quiera su propia naturaleza humana
    De mejor modo no pudo verse expresado el hecho de viejar en transporte público

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  2. Me gusta la forma en que describes una historia que ya se ha vuelto cotidiana, tu imaginación siempre se esta abriendo de forma mágica reuniendo en ti cualidades magníficas de un escritor.

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  3. Has mejorado en relación a tus primeros escritos. En relación al tema, pienso que en la actualidad las redes están llenas de publicaciones sexistas en favor de las mujeres y en contra de los hombres. Nada más mira quienes ocupan la mayoría de los puestos en el transporte público y veras que son mujeres, si alguien pide una silla, siempre se piensa que es el hombre quien deba cederla. Se habla de igualdades, pero creo que es falso porque no existe tal igualdad, solo privilegios que cada vez gana más la mujer y derechos que pierde el hombre. Pienso que deberíamos unirnos y luchar por nuestros derechos al igual que lo han hecho ellas. El tema es muy acertado y acorde con estos tiempos sexistas.

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  4. Hola, decir que es tu historia parte de la cotidianidad sería redundar. Considero que es una buena radiografía de lo que somos todos y todas, seres sexuales y sensuales por naturaleza, de ellas está hecha nuestra humanidad, sólo que lo olvidamos mas a menudo de lo que debiéramos. En algún momento de nuestro día, miramos y deseamos tocar, sólo que nuestra humanidad esta viciada de juzgamientos que nos impiden reconocer lo que somos, humanos y humanas con instinto, deseo y lujuria. Si lograramos reconocerlo, uff! cuanto ganaríamos

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  5. Wilson: gran capacidad posee este cuento corto para trasladar al lector a la escena que nos propones, una descripción que cuida la percepción, que escudriña con finura y vasta sensibilidad esa polución de fluidos que arriban en un vagón de tren en las horas más álgidas, donde el territorio del cuerpo se ve sofocado, bombardeado con despliegues y amarras... Sin embargo no sólo es meritoria la capacidad descriptiva, hay un Enigma que se instala tras la lectura ya que nos revelas ese fluctuar constante de la condición humana: la persistente ondulación entre el desenfreno de las pulsiones sexuales más bestiales, animales y entre ese anhelo de contención, vigilancia, control. Ahora bien, el personaje entra en una semi penumbra de dudas, preguntas: el escrito nos regala un persona movilizada por la contradicción: ondula en la interrogación de sí, en la evasión de sí... Un acto cotidiano y rutinario puede poseer la potencia de la revelación: fantasmas que nos nombran y atrapan. Por último, vale la pena acotar, Wilson, el dilema ético que expones, entre el desborde corpóreo y la búsqueda delicada de una apreciación estética en la mirada que se le dirige al otro.
    ¡Gracias por deleitarnos con tu escrito!

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  6. hola hijo, un escrito digno de una persona inteligente como tu. buen comienzo, buen camino; buena suerte. un abrazo poderoso.

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  7. Texto inescrupuloso, desafiante y convocante.

    "Aquel en los pantalones no colabora" ni tiene la obligación de hacerlo, porque en él se expresa la naturaleza primitiva de lo humano, esa condición absolutamente constituyente del ser, que las culturas moldean con sus valores y sus prácticas según intereses determinados y visiones diversas del universo. Es que el alma como consciencia también es cárcel del cuerpo y en eso no reparan las lógicas actuales de "tomar consciencia". ¿Por qué no "tomar cuerpo"? ¿Por qué no asumir la carne? ¿Por qué no abogar por las verdades de nuestra constitución en lugar de censurarla? El deseo no nos hace lábiles de por sí. Es preciso desentrañar en la historia ese gran engaño que coartó nuestra sexualidad y opacó nuestras pulsiones corpóreas.

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  8. Wil tenés talento para escribir, logras capturar muchos detalles, así como abstraer la realidad de manera consciente, y con sutileza reúnes palabras para contar experiencias de vida de una manera, además, singular. ¡Felicitaciones!

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  9. Wilson
    Has logrado reunir, como pocos, en un mismo estilo la finura, la asertividad comunicativa y la descripción real de los hechos. Eres muy buen periodista y escritor. Excelente!

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