viernes, 11 de marzo de 2016

ÉXTASIS

Por Carmen Elisa Grajales Vasquez

Despertó de “la pequeña muerte” sintiéndose inmortal. Pasó la noche deleitándose

en un encuentro tan humano como divino y aún al amanecer bajo la huella pegajosa 

de sudor en su cuerpo, enredó las sábanas entre sus dedos y deseó una caricia de 

su amante esperando morir de nuevo otra vez.

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