viernes, 11 de marzo de 2016

INSACIABLE

Por Pedro Villamil

Ni aquí ni en algún lugar habría la manera de llegar, solo eran intentos fallidos de felicidad, de momentos y lleno de momentos, momentos que eran eso, sólo momentos, como éste, intentando navegar en la dirección correcta y tal vez de la aprobación, donde muchos se acercan a ayudarle, pero solo lo hunden más y más en un sus direcciones egoístas, como si supieran a dónde debe ir, aunque no saben qué es lo quiere, porque él tampoco lo sabe, y se le pregunta, y ¿cuál es tu sed?, él solo suspira y se retira lentamente del cuarto de su psicólogo veintiséis, recordando también las cincuenta y dos personas que conocen su historia, pero sin encontrar respuesta alguna, él espera, espera qué?; lo que no sabía, es que había sido separado de su padre, por su desobediencia al ir a los pozos insaciables y por el orgullo de no necesitarlo, para presentarse delante de los demás como un buen hombre y superior a su familia; ¿qué espera?, tal vez entender, entender, ¿cuál es el motivo de la cordialidad y  comprensión de su padre?, que a pesar de todo, lo busca, para darle lo que más ama, para que no se extravié y  hacerle entender por el camino que debe de andar, pero, ¿cuál es mi sed?, se pregunta ahora para sí; si supiera lo que su padre le puede dar y conocería al que le pide, seguramente su padre no lo estaría buscando sino él a su padre; ¿será volver a casa y pedirle perdón a mi padre?, se pregunta inquieto y errante, debo que pagar por esto que le he hecho, se responde decidido, pero ahora solo quiero saber ¿cuál mi sed?, se pregunta nuevamente, tal vez pueda que volviendo a tomar café en las mañanas con él y si es necesario las veces que sea, con tal de que siempre tenga su cordialidad y comprensión, para responderme no solo está, sino todas mis preguntas, él entonces se afirma así mismo y se sorprende de su expresión,  sonríe  y confía en que así pueda ser.

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