viernes, 11 de marzo de 2016

UNA MAÑANA PARA UN RATÓN

Por Sebastian Serna Alcaraz

Pasa la noche y el nuevo día comienza, es como si al abrir sus ojos las cortinas de a pequeña habitación en la que vive le rogaran por ser descubiertas, pero no el pequeño ratón las ignora y se limita a mirar el viejo reloj de pared justo al frente de su cama, el sol no ha salido, las oscuras nubes desaparecen y el cielo nocturno se colorea del azul claro del día, el pequeño ratón mira con desdén su manto, y piensa en no abandonarlo jamás, es demasiado hermoso como para ello, lo admira y toca suavemente…un ruido distrae , es el canario siempre puntual con su canto y resonar, los ruidos y movimientos son cada vez más comunes fuera de la ventana, el pequeño ratón mira el reloj, lleva quince minutos esperando que sus piernas se muevan y motiven el resto de su cuerpo para algo más, pero siguen allí bajo su manto sin intención de hacer algo, sus otros músculos tampoco se esfuerzan, es más, sus parpados le incitan a caer, cae en cuenta de un leve tic tac…el pequeño ratón mira el reloj de la pared, han pasado treinta minutos desde que abrió los ojos, decide que ya es suficiente y vuelve a dormir  

4 comentarios: