Por Luis
Andrés Morelo García
Entre
pájaros y sombras abombadas de árboles solitarios en torno a un largo camino y
perdido entre la basta tierra del gran paraje, un joven caminaba hacia su
rutina diaria. Llevaba lo encomendado, cuidando celosamente de no perder ningún
detalle del valioso tesoro. En su trasegar, ocasionalmente las corrientes de
vientos fuertes entonaban canciones que el joven descifraba, mientras el sol abrasador
calentaba su cabeza y cubría de sudor todo su cuerpo, el polvo del camino
destapado caía sobre su cara y opacaba sus pies lúcidos y morenos, pero él sin
importarle esto conservaba su idea de llevar seguro el “algo” que alguien en un
lugar distante ansiaba. Lejos y después de tanto caminar, sudar y tropezar con
las piedras del poco amigable sendero polvoriento, se avistó un árbol grande,
que parecía un gigante en la planicie, hasta allí llegaba su misión. El joven
levantó su cabeza y con los ojos entre abiertos divisó una figura opaca y
oscura debajo del árbol, al acercase, de su boca seca salió una sonrisa que
emanaba la alegría, mientras sus ojos se volvían brillantes al saber que pronto
llegaría. Al estar junto a la sombra del majestuoso árbol abrió sus ojos
completamente y corrió despavorido a su encuentro con la figura oscura que
ahora estaba más clara que nunca, esa figura opaca y de tez morena era
Cloromiro, su padre, quien sentado debajo del árbol ondeaba su sombrero
refrescándose del calor del día y al ver a su hijo Heroldo sonrió porque además
de su hijo, sudado, empolvado y con esa gran sonrisa venía su almuerzo…
Genial!!
ResponderEliminarJaja mucha suerte luis, un abrazo, esta genial
ResponderEliminarMuy chevere Luis :)
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ResponderEliminarMuy bonito él cuento, jajaja que inspiración tan buena tienes ☺☺
ResponderEliminarEs inevitable imaginar la historia de principio a fin y sorprenderse con el inesperado final, el cuento me gusto mucho porque en mi apreciación resalta el trabajo y el sacrificio que a la hora de ser producto de un gran gesto de amor y apoyo es enormemente reconfortante. ¡excelente trabajo! Muchas gracias
ResponderEliminarMuy buen cuento!
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ResponderEliminarExcelente cuento. La magia de las palabras bien pensadas conllevan al lector que su imaginario vuele por lo fantástico-real y se apresure por descubrir de las letras el sentimiento plasmado por el autor. Durante todo el cuerpo del cuento tiene un bagaje imaginario y fantástico que al final es aterrizado con la cruda y loable realidad del trabajo de nuestros campesinos. Congratulations my brother
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